Riopaila patentando alimentos, institucionalizando su avaricia


| Por: Gearóid Ó Loingsigh |

Al parecer, la empresa Riopaila está tramitando un patente sobre la panela en los EE.UU. En el sentido estricto de la palabra la empresa no patenta la panela como tal sino el método de producción, que viene a ser lo mismo en la práctica.

El Estado colombiano declaró la guerra contra los campesinos paneleros hace mucho tiempo y lo de Riopaila es otro episodio en una guerra contra la producción campesina.  La guerra contra la panela, no es una guerra contra ese producto como tal, sino contra todo el sistema de producción campesina y se sitúa dentro de una guerra a nivel mundial por el control sobre la producción y distribución de alimentos.

En 1997 una empresa norteamericana, RiceTec Inc. presentó un patente sobre el arroz basmati, producto desarrollado durante siglos por los campesinos de la India.  Era un intento de socavar el mercado de arroz importado de la India. En ese entonces, la India exportaba unos USD 250 millones de arroz basmati al año y los EE.UU. era uno de los destinos principales.  A diferencia de la controversia basmati, el proceso actual con la panela no se trata del producto, pues el ingrediente es simplemente caña de azúcar, sino del proceso.

Existen varios ejemplos de procesos registrados, pero más en el sentido de origen de denominación. Así la Champaña, es un método de producción de lo que es simplemente un vino espumoso (con todo respeto a los franceses), y sólo los productos fabricados en esa región de Francia pueden usar el nombre champaña, y no vino espumoso, o como lo llaman los catalanes, Cava. Algo parecido ocurre con los brandys franceses, Coñac es de la región de Cognac y Armañac, de la región de Armañac. Durante años los brandys del Estado Español, se producían bajo el término Coñac para describirlos, hasta que los franceses se quejaron. Pero en este caso, la empresa quiere dominio sobre el proceso como tal y no la denominación de origen.

La panela es un producto tradicional de Colombia pero también de otros países, como Brasil, Chile, Perú, México, Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador y Bolivia además de Pakistán y la India donde se llama gur o jaggery.[1]

Y es uno de los mayores generadores de empleo en el campo colombiano luego del café.

La producción de panela es una de las agroindustrias rurales de mayor tradición en América Latina y el Caribe. En contraste a la industria azucarera, la producción de panela se realiza en medianas y pequeñas explotaciones campesinas mediante procesos semiindustrializados artesanales en los que prevalece una alta intensidad de trabajo en su mayor parte de carácter familiar y a muy bajas tasas de introducción de tecnologías mecanizadas o de alta intensidad de capital.[2]

La amenaza que representa el intento pirata de Riopaila es mayor para el campo colombiano.  El asalto y robo que representa no es nuevo, el gobierno colombiano comenzaba a regular la producción artesanal mediante Resolución 779 de marzo 2006 y Resolución 3462 de 2008, prohibiendo tracción animal en los trapiches, obligando a los campesinos a usar uniforme, el uso de agua potable, en un país donde el propio Estado no garantiza el suministro de agua de acueductos certificados en las zonas rurales.  Luego de esas resoluciones la Policía llegó a decomisionar a panela que no cumplía con las normas. El Estado ha usado argumentos fitosanitarios para su guerra contra la producción panelera artesanal, sin demostrar un solo ejemplo de problemas de salud provocados por la producción campesina.  Sin embargo, hoy en día en ciudades grandes como Bogotá, es casi imposible encontrar panela campesina, toda la panela viene empaquetado y etiquetado por empresas grandes, quienes sí pueden cumplir con las normas. Las normas fitosanitarias, tributarias, laborales entre otras no sólo son de difícil cumplimiento por parte de los campesinos, algunas atentan directamente contra la cultura campesina. La producción de panela suele ser un acto en que participa gente de la comunidad, pero las normas prohíben la presencia de personas ajenas a la producción en o cerca del trapiche.

Colombia es el segundo productor mundial de panela, luego de la India y el tercer exportador mundial de lo mismo. La decisión de buscar un patente en los EE.UU. tiene sentido pues la expansión del mercado hacia ese país se vería condicionada en caso de aprobar el patente y los productores colombianos, tanto los grandes como los pequeños tendrían que pagar alguna regalía a esa empresa por hacer nada más que registrar el patente.

Empero, el problema no es esa empresa ni la panela, el problema es el capitalismo global en términos generales, y el sistema de patentes y la biopiratería. La guerra contra la panela es una guerra contra la producción pequeña, a favor de la producción a gran escala, tumbando monte, imponiendo monocultivos, es el mismo modelo que ha provocado la crisis del Covid-19.  Es una guerra contra la humanidad y está en juego la producción agrícola mundial, que sigue estando en manos de los campesinos y no de las multinacionales a pesar de sus esfuerzos y dominio de ciertos renglones de producción.



[1] Castellano, D. et al (2010) Agenda Prospectiva De Investigación y Desarrollo Tecnológico Para La Cadena Productiva De La Panela y Su Agroindustria En Colombia. Bogotá. MADR, pág. 21

[2] Ibíd., p. 28

Publicar un comentario

0 Comentarios