El preso 1087985 y los señores Hurtado y Orozco: la delgada línea



| Por: Luis Orlando Ávila Hernández* |

El preso 1087985, desde su encarcelamiento dictado en derecho por los cinco jueces superiores, está usando todo su poder, desde su lujoso encierro, para de nuevo sembrar de terror y pánico a la sociedad colombiana, por aquella venganza cotidiana que obra permanentemente en su mente psicópata, tal como se pudiera desprender de la inusitada masacre a medio centenar de niños y jóvenes en las últimas dos semanas, presuntamente sin conexión alguna con el sindicado capturado.

El señor Hurtado, aparentemente alcalde de Ibagué en ejercicio, y el señor Orozco, gobernador por unción para el Tolima, han manifestado su pesar público por el preso 1087985.

Lo que estos dos individuos, revestidos de un poder que no les calza, manifiesten personalmente en su sórdida interpretación de sociedad y de aquiescencias por preclaros criminales, a los que la máxima jerarquía del poder judicial si encuentra condenables, es un asunto del libre desarrollo de su personalidad, si es que algo les queda de ésta, por lo visto en estos ocho meses de obediencia ciega y despersonalización, dirigida por ese otro presunto indiciado que gobernó y gobierna a la ciudad y al Tolima desde la fallida alcaldía de la señora Carmen Inés Cruz y su elite excluyente, con las que llevan tres décadas enriqueciéndose con el dinero público.

Lo que no es legal ni constitucional, es que lo hagan en su rol como mandatarios de Ibagué y el Tolima.

Y precisamente en esa categoría de mandatarios, están obligados en obediencia a sus mandantes: los, les y las ciudadanas de Ibagué y el Tolima, incluidos quienes no votamos por estos.

Como servidores de lo público, se les obliga servir, valga el pleonasmo, como sirvientes de todes quienes residimos dentro del territorio de Ibagué y del Tolima por extensión.

Así que lo que menos esperamos, los, les y las ciudadanas de la ciudad y del departamento, es que nuestros actuales sirvientes de lo publico (valido para cualquier análisis sintáctico de los términos), salten la delgada línea de lo legal hacia lo criminal, esto es, promoviendo la apología del delito y con ello la desobediencia al orden jurídico de la Nación.

Advertidos están de no traspasar la delgada línea, por más obediencia ciega que les despersonaliza.

A cambio, ¿Porque a hoy, aún no han expresado públicamente y con el debido homenaje fúnebre en acto personalizado que se merecen, en nombre de todes nosotres su mandantes, nuestro sentido pesar y condolencia a las familias de los 101 fallecidos y fallecidas (54 en Ibagué) por el Covid-19?

Esa línea ya la traspasaron y la historia y la sociedad les sabrá enjuiciar por su responsabilidad como sirvientes públicos, que pudiendo hacer no hicieron, para evitar estas muertes y las que se nos vendrán, mientras ustedes saludaban en su pesar al preso 1087985, al que nada le deben ni les asocia con su mandato.

¿Cierto señor Hurtado y señor Orozco?

 (*) Ingeniero agrónomo, Propietario de la extienda cultural La Guacharaca.
Nota editorial aparecida en el Blog Colectivo Perrotrespatas 17 agosto, 2020

Fotografía: Ricardo Orozco y Andrés Hurtado, hace casi 8 meses, el 28 de diciembre de 2019 en su posesión como Gobernador del Tolima y Alcalde de Ibagué, respectivamente. Imagen modificada tomada del portal de la cadena privada Caracol Radio

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